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El enfoque de Google para luchar contra la desinformación online

La información puede ser una herramienta muy poderosa. Estamos decididos a ayudar a nuestros usuarios a encontrar lo que buscan y a tomar decisiones fundamentadas sobre lo que ven online.

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Cuando se producen crisis y acontecimientos mundiales graves, como la pandemia del coronavirus o la invasión de Ucrania por parte de Rusia, la tecnología puede ser de gran ayuda para conectar a personas de todo el mundo y facilitar el acceso a información esencial. Lo hemos comprobado más que nunca en los últimos años. Cada vez más se acude a Internet para relacionarse, formar comunidades y comprender mejor los acontecimientos que suceden a nuestro alrededor.
Pero, si bien la transformación digital es útil en estos tiempos, también sucede que la desinformación se propaga de formas nuevas y más problemáticas, dificultando el acceso a información fiable.

¿Cómo aborda Google la desinformación?

Tenemos equipos de expertos en todo el mundo que trabajan en la lucha contra la desinformación. Su labor básica es asegurarse de que proporcionamos a los usuarios información de alta calidad y veraz, recompensando a los editores y a los creadores que la producen, presentando fuentes más fiables, reduciendo la propagación de contenido cuestionable y eliminando el que pone en peligro a las personas.

A principios del 2021, inauguramos en Dublín el Centro de Ingeniería de Seguridad de Google, dedicado específicamente a la responsabilidad del contenido, en el que expertos de Google trabajan para luchar contra la propagación de contenido ilegal y dañino. Es un lugar donde podemos compartir y perfeccionar este trabajo con responsables políticos, investigadores y organismos reguladores.

La desinformación se manifiesta de diferentes maneras en las distintas plataformas, desde la Búsqueda hasta YouTube o Google Ads. Una parte del trabajo que realizamos para hacer frente a la desinformación comienza con las reglas que establecemos en todos los servicios de Google para prohibir determinados tipos de contenido y comportamientos dañinos. Cuando detectamos contenido que infringe estas reglas o políticas, tomamos medidas como bloquearlo, eliminarlo o restringirlo para intentar minimizar los daños.

Este enfoque nos permite adaptar la forma de moderar el contenido en los distintos productos. Nos referimos a comportamientos engañosos online, como el uso de deepfakes, actividades fraudulentas, spam, suplantación de identidad y falsificación de titularidad, así como desinformación médica. Actuamos contra este tipo de contenido a gran escala.

No obstante, identificar los casos de desinformación no es algo que podamos hacer solos. Colaboramos con partners de todos los países en los que operamos para innovar y crear formas de contrarrestar las noticias falsas online, que abarcan desde la tecnología 5G hasta la seguridad nacional, pasando por el COVID-19. La colaboración es la clave del éxito en la lucha por una información de calidad. Llevamos años invirtiendo tanto en productos como en asociaciones para luchar contra la desinformación. También firmamos el Código de Buenas Prácticas en materia de Desinformación de la UE en el 2018 y trabajamos con los otros signatarios en una versión reforzada que se adoptó en el 2022.

El COVID-19 y la propagación de desinformación

Nuestro enfoque también marcó nuestra respuesta a la pandemia del coronavirus. La pandemia del COVID-19 fue un acontecimiento sin precedentes que nos afectó a todos y nos hizo cambiar la forma en que nos comunicamos y buscamos información.

A medida que la pandemia evolucionaba, también lo hacían las búsquedas online sobre temas relacionados con la salud, como tests en casa, vacunas y mascarillas, lo que a su vez ofrecía a personas sin escrúpulos la oportunidad de sacar partido de la situación.

Desde hace tiempo tenemos políticas en todos nuestros productos que prohíben el contenido médico o relacionado con la salud que sea dañino o engañoso. En respuesta a la pandemia del COVID-19, nuestros equipos trabajaron para acabar con diversos abusos, como los intentos de phishing, el malware, las teorías conspirativas peligrosas y los fraudes. Abordamos esta cuestión en todos nuestros procesos y servicios, desde la actualización de las políticas hasta su implementación obligatoria.

En YouTube, por ejemplo, este reto se afrontó con una política específica sobre la desinformación médica respecto al COVID-19, basada en las recomendaciones de las autoridades sanitarias. Esta política específica deja claro que no se permitirá en la plataforma contenido que suponga un grave riesgo de perjuicio para los usuarios, como contenido que contradiga la información sanitaria de alta calidad de las autoridades sanitarias locales y de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La adopción de esta política permitió a los equipos de cumplimiento tomar medidas para ayudar a proteger a la comunidad de YouTube. Por ejemplo, en los primeros 18 meses de la pandemia, YouTube eliminó más de un millón de vídeos relacionados con información peligrosa sobre el coronavirus, como falsas curas o afirmaciones de que la enfermedad no existe.

Educar para saber encontrar información fiable

Una de las muchas razones que dificultan la lucha contra la desinformación online es que un solo grupo no puede combatirla por sí mismo: la colaboración entre académicos, responsables políticos, editores, ONGs y empresas tecnológicas es clave.

En el caso de la información sanitaria, lo hacemos trabajando con partners de confianza, como la OMS y los centros para el control y la prevención de enfermedades de EE. UU. (CDC). Durante el apogeo de la pandemia del COVID-19, estas colaboraciones fueron clave para nuestros esfuerzos por obtener información de fuentes fiables, lo que ayudó a personas de todo el mundo a obtener información sanitaria sobre la enfermedad.

En el 2021, contribuimos con 25 millones de euros al lanzamiento del European Media and Information Fund para ayudar a académicos, editores y organizaciones sin ánimo de lucro a lanzar sus propios programas de alfabetización mediática, ampliar las iniciativas de verificación de datos y llevar a cabo investigaciones vitales sobre todas las formas de desinformación.

La verificación de datos también se ha convertido en una herramienta importante para detectar la desinformación online de forma más general y desmentir mitos, especialmente en el caso de las afirmaciones que aparecen en los resultados de búsqueda y en las redes sociales. Hemos invertido mucho en iniciativas que apoyan la alfabetización mediática y ayudan a los usuarios a encontrar fuentes fiables, con más de 50.000 nuevas verificaciones de datos en la Búsqueda de Google entre marzo del 2020 y marzo del 2021.

En noviembre del 2022, Google y YouTube anunciaron una ayuda de 13,2 millones de dólares a la International Fact-Checking Network (IFCN) para lanzar un nuevo fondo mundial de verificación de datos que apoye a su red de 135 organizaciones de 65 países que cubren más de 80 idiomas. Partiendo del trabajo anterior, se trata de la mayor ayuda que Google y YouTube han concedido para la verificación de datos.

Fomentar la resiliencia desde el principio

La lucha contra la desinformación online es un reto constante en el que Google sigue invirtiendo con el objetivo de investigar nuevos enfoques para abordar el problema. En los últimos años, Jigsaw, una unidad de Google centrada en las amenazas a las sociedades abiertas, ha colaborado con investigadores de las universidades de Cambridge y Bristol, así como de la American University, para estudiar la eficacia de una táctica llamada "prebunking" (divulgación preventiva). Mientras que la táctica de "debunking", más conocida, trata de corregir afirmaciones falsas ya presentes en el discurso popular, la táctica de prebunking ayuda a desarrollar un instinto psicológico para detectar narrativas engañosas antes de toparse con ellas.

La táctica de prebunking consiste en alertar sobre los intentos de manipulación, así como sobre las afirmaciones o tácticas falsas que probablemente se utilicen para ello, junto con una refutación exhaustiva de dichas afirmaciones o tácticas. El sistema es muy flexible y puede adaptarse a muy diversos medios, desde un simple anuncio hasta contenido extenso. Algunas investigaciones académicas han demostrado que es eficaz contra una gran variedad de narrativas falsas, desde discursos de odio supremacistas blancos hasta desinformación sobre las vacunas contra el COVID. En otoño del 2022, Jigsaw llevó a cabo una prueba a gran escala de prebunking para contrarrestar los mensajes en contra de los refugiados en Europa Central y del Este tras la llegada masiva de ucranianos a raíz de la invasión de su país por parte de Rusia.

Seguiremos luchando contra este problema grave adoptando un enfoque flexible para combatir la desinformación en diferentes productos, actuando a gran escala, aumentando la visibilidad de la información fiable y dotando a las personas de las habilidades necesarias para detectar la desinformación.

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