Campañas para desenmascarar la desinformación en Europa Central y del Este

Los refugiados sufren constantemente la desinformación y prevenirla podría ayudar a protegerlos mejor.

La desinformación digital se ha convertido en una amenaza omnipresente, que plantea riesgos que van desde la seguridad de las personas hasta la legitimidad de los procesos democráticos. Pero sus efectos más perniciosos suelen percibirse en medio de catástrofes en curso (conflictos, atentados terroristas, la lenta devastación de la pandemia), cuando actores malintencionados despliegan afirmaciones falsas y mensajes engañosos para agravar las crisis, exponiendo a los más vulnerables a un riesgo aún mayor.

La desinformación en tiempos de conflicto


En los primeros ocho meses desde la invasión de Ucrania por parte de Rusia, casi 8 millones de ucranianos (prácticamente, una quinta parte de la población del país) se han visto obligados a abandonar sus hogares para refugiarse en toda Europa. Sin embargo, a cientos de kilómetros de la línea del frente, estos refugiados siguen expuestos al conflicto. A través de los medios de comunicación tradicionales y digitales, el campo de batalla se ha extendido por todo el mundo a medida que las campañas de desinformación que llevan a cabo el Estado ruso y otros simpatizantes de la invasión ilegal de Ucrania tratan de transformar a los refugiados que huyen del conflicto armado para sembrar enfrentamientos de división en el extranjero.

Contrarrestar la desinformación contra los inmigrantes es vital tanto para la seguridad de los refugiados como para el entorno informativo más amplio en los países de destino. Para hacer frente a este doble desafío, en otoño del 2022, Jigsaw, una unidad de Google que explora las amenazas para las sociedades abiertas, puso en marcha el mayor experimento de nuestra historia, tratando de advertir preventivamente a millones de europeos de Europa Central y del Este de los intentos de manipular sus reacciones hacia los refugiados ucranianos.

Ucrania ha servido de laboratorio para las operaciones rusas de desinformación durante gran parte de la última década, y las campañas actuales se basan en una larga tradición de guerra de la información en Europa Central y del Este. La Unión Soviética comenzó a llevar a cabo operaciones de información en el extranjero (eufemísticamente denominadas "medidas activas") ya en la década de 1920. En uno de los casos más famosos, agentes del KGB pagaron a algunas personas para que pintaran varias sinagogas de Alemania con cruces gamadas en el invierno de 1959-1960, lo que provocó una crisis en el seno de la OTAN por la posibilidad de que persistiera el antisemitismo en Alemania que casi condujo a la expulsión del país de la alianza. Sin embargo, el alcance mundial y el coste extremadamente bajo de publicar en Internet han simplificado drásticamente el reto logístico de desplegar y ampliar las campañas de desinformación.

La compleja interacción entre la desinformación y los refugiados


Los refugiados son un objetivo común y objeto de campañas de desinformación en todo el mundo, y Rusia ha demostrado anteriormente su voluntad de intentar utilizarlos como cuña en Europa. En el 2016, los medios de comunicación rusos respaldados por el Estado junto con funcionarios públicos rusos amplificaron las falsas afirmaciones sobre la presunta violación de una niña de 13 años por un grupo de migrantes árabes a través de los medios de comunicación tradicionales y de redes sociales, acusando a los funcionarios públicos de inacción y tratando de crear una crisis en el gobierno de Angela Merkel en lo que se conocería como el "Caso Lisa". Más que avivar la indignación en Internet, casos como este desembocan en violencia en el mundo real. En el año en que comenzó la crisis de los refugiados, los incidentes violentos contra alojamientos para solicitantes de asilo en Alemania se multiplicaron por más de cinco.

En el pasado, Rusia ha intentado exacerbar las crisis de refugiados para alimentar sus campañas de desinformación. En el 2016 funcionarios estadounidenses y turcos acusaron a Rusia de intentar aumentar drásticamente el flujo de refugiados de Siria a Europa mediante una campaña de violencia indiscriminada dirigida por igual contra objetivos militares y civiles para sembrar discordia en toda Europa. El otoño pasado, el Atlantic Council advirtió de que Rusia podría estar intentando hacer lo mismo en Ucrania con un ataque intensificado contra la infraestructura civil, con la esperanza de que una nueva oleada de refugiados obligados a entrar en una Europa que ya está luchando contra una inflación y unos costes energéticos paralizantes acabe por romper la oposición unida del continente a la guerra.

Campañas de desinformación de prebunking y verificación de datos


El debunking y la verificación de datos han desempeñado un papel fundamental en la reacción de muchas plataformas ante la proliferación de la desinformación online. Aunque la verificación de datos es de vital importancia para las personas que buscan información veraz online, presenta algunas limitaciones a la hora de afrontar las campañas de desinformación. A menudo, la información que recibimos se queda grabada en nuestra memoria y, una vez que hemos aceptado una afirmación falsa, puede ser difícil deshacernos de ella incluso cuando tenemos nuevas pruebas.

Para frenar la eficacia de las campañas de desinformación, es fundamental adelantarse a ellas. Las investigaciones en ciencias del comportamiento que se remontan a los trabajos del psicólogo social William McGuire en la década de 1960 han aportado pruebas alentadoras de una posible alternativa a los enfoques tradicionales para contrarrestar la manipulación: el prebunking.

El prebunking ayuda a las personas a desarrollar una resistencia psicológica a la desinformación antes de encontrarse con afirmaciones engañosas. La táctica consta de tres partes: una advertencia a las personas, alertándolas de los intentos de manipularlas a ellas y al ecosistema informativo en general; una "microdosis" del mensaje falso, que permite a las personas identificarlo en el futuro; y, por último, una refutación de las afirmaciones falsas.

El prebunking se adapta a una gran variedad de medios, desde artículos largos hasta anuncios cortos y videojuegos interactivos. La investigación académica ha descubierto que el prebunking también es eficaz contra una serie de mensajes engañosos, como los relacionados con el cambio climático, la supremacía blanca, y los daños de las vacunas. La táctica puede utilizarse incluso para ayudar a las personas a reforzar su resistencia frente a tácticas retóricas como el alarmismo y la búsqueda de chivos expiatorios, utilizadas habitualmente para difundir desinformación, en lugar de intentar rebatir una afirmación concreta.

El enfoque de Jigsaw sobre prebunking


Nuestra campaña para adelantarnos al odio contra los inmigrantes se basó en conversaciones con expertos de más de una docena de organizaciones, incluidas ONGs, universidades, grupos de reflexión, grupos de medios de comunicación, organizaciones de comprobación de hechos y fuentes gubernamentales oficiales de Polonia, Chequia y Eslovaquia. Gracias a estas conversaciones pudimos identificar los nuevos mensajes de desinformación centrados en los refugiados de Europa Central y del Este. Esa investigación condujo a la creación de seis vídeos diseñados para refutar dos mensajes que habían empezado a aparecer en Internet: echar la culpa a los refugiados ucranianos de la subida de precios y crear alarmismo sobre la supuesta naturaleza violenta de los refugiados.

En las dos primeras semanas de la campaña, conseguimos llegar a casi una cuarta parte de la población polaca, y a un tercio de todos los checos y eslovacos. Una encuesta realizada tras las dos primeras semanas indicó que los espectadores del anuncio habían mejorado su capacidad para detectar las tácticas de desinformación. Los resultados de esta campaña nos ayudarán a comprender mejor la eficacia del prebunking a gran escala y los mensajes y tácticas específicos que resultan más eficaces. Este trabajo fundacional también nos permitirá comprender mejor las variaciones entre contextos locales que pueden hacer que el prebunking sea una intervención más o menos apropiada.

Prebunking es solo una de las muchas estrategias basadas en la investigación de las ciencias del comportamiento sobre las que Jigsaw y Google están investigando para ayudar a las personas a reforzar su resistencia a los daños online. Aunque no hay una respuesta única a los retos de la desinformación, la oportunidad que ya ha demostrado el prebunking nos da esperanzas de que se pueda mitigar el impacto de las campañas de desinformación online y proteger mejor a los más vulnerables.

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